lunes, 5 de marzo de 2012

Smartphones

Paseando con un perro, si una se fija bien, si observa, escucha, analiza... le pilla la pista a la vida.

Y últimamente me llama mucho la atención la cantidad de gente que se cuelga a su smartphone de tal manera que el otro día, sin ir más lejos, un señor de unos 50 años se cayó por unas escaleras porque estiró el pié sin ver...No le pasó nada, afortunadamente.

"Es que estaba mandando un mensaje por el what's up", nos dijo, y mi perro olisqueó hacia arriba, interpretando que quizá esa palabreja fuese comida o que por haber advertido de la caída con  un ladrido, lo que hizo que unos segundos antes reparase el pobre señor atolondrado y ésta no fuese tan aparatosa, se lo premiaran con algo más apetitoso que una caricia.

Mi perro y yo nos sorprendemos mucho con las conversaciones en los parques; esos lugares fríos y desolados en invierno, donde se celebran conversaciones privadas, casi secretas. "¿Tu eres la caja de pandora a 122?...Porque yo soy daniel el travieso...Pues, sí, claro que quiero conocerte...Me gusta mucho tu perfil"...

 Bosco y yo ya sabemos que habla de una página de contactos pero quizá, lo que no sabe caja de pandora a 122, es que éste, nuestro vecino, está casado, casadísimo, tiene una alianza como una casa y cuatro hijos de 2 a 12 años.

No nos importa, no es asunto nuestro lo que cada uno haga.

Ahora hay una pareja que riñe acaloradamente... "Odio a los mentirosos como tú, me dijiste un montón de cosas sobre tu vida y ninguna coincide". A éste también le conocemos. Es un seductor nato, un hombre con un éxito desmedido, también está en páginas de contactos. "Donde ligo más de lo que lo he hecho nunca jamás, en toda mi vida".

Liga mucho, es verdad, hasta que las mujeres descubren esa manía suya de la mentira compulsiva. "El juego de la seducción siempre incluye un tanto de falsedad" dice para exculparse.

"Bueno, un tanto de exageración, un tanto de mostrar lo mejor de nosotros mismos, pero de ahí a falsedad...Pues éso sí que no", le respondo, porque este seductor falso, también me ha tirado el tejado entero, sabiendo como sé que no puedo creerme nada de lo que dice.

Y es que los smartphones han cambiado el mundo. Les veo reconcentrados en su teléfono, dedito en ristre, mientras esperan  a que su perro retoce, aparcad@s en dole fila, con media sonrisa de complicidad en la cara, dedito va y teclita viene...Mientras se acodan en el portal de una vivienda que es la suya, y una sabe que nada bueno deben estar haciendo, cuando lo hacen en el portal, a escondidas de la pareja, con un frío que pela...A nosotros nos da igual pero nos hace gracia.

Hasta una ha acabado presa del what's up y sus mensajitos que antaño me irritaban pero ahora ya me hacen gracia.
El mundo de los teléfonos inteligentes nos ha cambiado y no siempre para bien. Para muestra, ver los vídeos.



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