miércoles, 28 de diciembre de 2011

Harta de la realidad.

(Para Justo ypara Carlos,  una feliz e inspiradora pareja de amigos, a cuya pandilla quiero pertenecer).


Me quedé de piedra y pensé que se le había ido directamente la olla cuando le ví empuñar la zapatilla, apuntar a la tele y arrojarla contra el careto de un político ( de verdad que no me acuerdo de cual) que se atrevió a comenzar la frase con "lo que los españoles deben hacer es..."
Lo más soprendente es que lo hizo como quien recoge un vaso de la mesa o te pregunta qué quieres tomar.


Apaga la televisión si quieres ser feliz, me dijo.

Lo  reflexioné y casi lo hice.  ¡Fuera de mi vida este trasto y sus pésimas noticias sobre la realidad! Sólo la enciendo para dormir, la película de serie B que más me seduzca; una serie de poca monta, un documental cansino.Bueno, y tambioén para ver la 2, y cositas muy seleccionadas de TVG u otros canales.

-La realidad es la que es, me decía S. Y hay que mirarla cara a cara.

No lo he dicho aún pero S. vive en un permanente estado de estrés contagioso. Quizá la realidad le intoxique. Como si la realidad fuese una sola, además: Las noticias del apocalíptico mundo económico y sus efectos en los ciudadanos. ¡Pues menuda realidad!

¡Le reto a conocer otras! Que se lo pregunten a personas de mi entorno que se enfrentan a enfermedades crónicas. O a otras situaciones que sin ser crónicas, parecen enfermizas y hacen que resulte muy difícil ver la luz al final del túnel.

Utilizo internet para informarme de la  forma más aséptica que puedo, y  si veo una televisión encendida, si alguien pone un informativo, la mano se me va a la zapatilla, que toco y acaricio, porque el aparato no es mío.  El consejo se extiende y cada vez hay más gente que apaga la televisión, la radio, que se dice a sí misma, "Déjenme ser feliz,  ya está bien".

Después están los cansinos, como S., que no te lo permiten, que se aburren;  seguramente porque su realidad debe ser muy plácida, casi exenta de emociones fuertes o quizá necesiten esa carga de amargura porque no les gusta ser felices, que las cosas marchen bien, un pequeño paréntesis entre la última denuncia de lo que ocurre en el mundo, EN EL NUESTRO Y EN EL QUE NO HAY NADA PARA COMER, QUE ES UNA MIERDA, LO SABEMOS, QUE NO TENEDRÍAMOS DERECHO A ESTAS QUEJAS REFINADAS, A ESTE SUFRIMIENTO DE SPLEEN OCCIDENTAL, pero, y lo digo con conocimiento de causa, necesitamos el humor y las risas y construirnos una felicidad a la medida, porque es mucho más creativa y mejor .  Y todos podemos entrar en fases horribles como ésas ( yo también). La felicidad es un trabajo, arduo y complicado a menudo que crecemos, prero hay que ponerse a ello. Y por éso te evito y no te llamo S. Porque te quiero pero no te aguanto.


¿Lo puedo decir? Estoy harta de la realidad. Muy pero que  muy harta.  No sólo de la realidad que me venden los informativos.

Estoy harta, por ejemplo, de ese espíritu esnob que hace que algunas  redes sociales se me estén atragantando cada día más. Porque ciertas personas deciden qué es lo que debe ser escrito, gritado, leído o escuchado y no dejan de criticarlo todo. Ahora, hasta a la libre expresión ciudadana hay que poner puertas al campo y/o expresarse según  lo políticamente correcto. Y ¡Cuidado! que, según como se mire, lo correcto ó  incorrecto varía.  Y hay un grupo de "entendidos" que se me están atragantando cada día más y que sólo puedo definir con una palabra, son JILIPOLLAS.


A otros les da por arremeter contra gente que escribe un libro, compone una canción o la canta, dirige una película. ¡Coño, pues por lo menos se ha atrevido a dedicar su tiempo a éso y lo han hecho! ¡Y hay que respetarlo! Porque es que nos hemos vuelto todos una pandilla de "sobraos" que no hay por donde cogerla. Y me incluyo, siempre me incluyo.

Francamente, vuelvo a la idea del 2.010. Cada día que pasa me apetece más coger una maleta y largarme cuanto más lejos mejor. Este país se está volviendo, en su conjunto, Y POR MOMENTOS , insoportable, ya vale de tanta amargura.

Hoy  me lo  decía una pobre mujer que trabaja cara al público y escucha de todo. "Nos pasamos el día oyendo penas y nadie repara en que nosotros no tenemos quien escuche las nuestras". No sabe casi hablar y me suelta esta lindeza que me deja tonta. O uno de esos contadores de penas se acerca con un humilde regalo, el que ha podido pagar, porque es Navidad y quiere agradecer.  "No hace falta, es mi trabajo" le digo sorprendida. "Ya sé que es su trabajo pero no todo el mundo sabe escuchar". Escuchar es también mi trabajo, no sé si lo sabe. Y mirar sería el mío, el que de verdad me apasiona, si lo pagaran. Sería un crack. ¡Cómo me gusta observar e imaginar historias de la gente que observo!

Me quedo con gente como ésta, que no saben ni darse de alta en una red social, qué es un blog o una tablet, no quieren ni saber qué le pasa a la economía. Miran el futuro con temor pero lo encaran con fuerza y ganas. Y no pierden su precioso tiempo, como yo, quitándole horqs al sueño como ahora, en quedarse a gusto como con esta entrada. Y si a nadie interesa pues no pasa nada. Que una no está en estas cosas por llamar la atención o buscar protagonismo, COMO DICE UN PERIODISTA AL QUE QUIERO Y ADMIRO y que no entiende que las redes sociales  también son un arma, un medio de comunicación, incluso una medicina para gente que vive sola como yo. Y construye blogs como éstos porque le gusta y se lo pasa bien haciéndolo.

Y mi realidad, la de mi entorno, la de mi trabajo, la de mi gente es la de tantas personas a las que, le guste o no, tiene los piés pegados al suelo. Gente que madruga, cumple horarios, abre y cierra empresas, la contratan, la despiden, se ilusiona, sufre, emigra, enferma, se cura o sabe que no se va a curar; te pregunta cómo te va porque le interesa de verdad; te pregunta si sabes cuando va a acabar esta puta mierda de crisis, y no deja de trabajar de la mañana a la noche, con todo el optimismo que consigue reunir.

Y aún así no son ni tan snobs ni tan cansinos ni tan JILIPOLLAS como tanto pedorr@ suelto que me encuentro, virtualmente o no, que se hace llamar o se considera  intelectual. Los prefiero a ell@s, sin formación, sin mundología, sin apenas vida social, sin viajes, sin tantos conocimientos.

Los prefiero a ell@s, ¡donde va a parar!, que no se consideran nada y lo son todo, y me enseñan cada día tantas cosas. Y me siento parte de elllos, y lo grito, nosotros sí que estamos hartos de la realidad porque vivimos pegados a ella. Y es durísimo y dificilísimo en este momento. Y aún así ahí estamos, sin plantearnos dar la batalla por perdida ni dejar de luchar.

3 comentarios:

  1. ¡Viki!

    ¿Cómo no voy a estar contigo? Suscribo al cien por cien -es verdad- lo que escribes.. aunque me gusta más oírtelo decir, sobre todo con ese suéter de pijama a rayas -¿por qué no te haría una foto?-.

    Te sigo ya.
    Un beso grande

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  2. GRacias Justo, veníos a tierras gallegas, pasearemos, comeremos bien y sanito, os presentaré a mis amigos, ANIMAOS. me gustó lo que me dijiste de Carlos en el mail. Aínda ben!!!!

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