Hay días tontorrones como éste, con más bien pocas horas de sueño encima, en los que una llega a casa y escucha en el contestador la voz de una amiga a la que quiere y que vive a miles de kilómetros, y ganas le dan de contravenir la norma de no tirar la casa por la ventana con estos dispendios y marcar su número y charlar larga y apaciblemente, con las palabras justas, las pocas que realmente se necesitan cuando comunicas con alguien que te conoce hace tanto tiempo.
A lo tonto se me fué la cabeza a veinte años atrás, en otra ciudad, con ella y con W. Lo mucho que nos divertíamos las tres, lo que nos ha gustado siempre reirnos, y como nos hemos mantenido fieles a unos cuantos principios a lo largo de los años.
El fundamental es que somos mujeres que siempre conseguimos sacar a flote nuestro sentido del humor pese a nuestra colección de pesares.
Soñamos con poder reunirnos en algún lugar del país, con o sin niños, porque hace ya demasiados años que algo así no sucede y creo que las tres lo necesitamos.
Me detengo a repasar la serie de placeres físicos e intelectuales que compartimos: una buena peli, ciertos libros, el chocolate, alguna perdición, y también cierta mutua emotividad que a veces se desborda, cierta facilidad para llorar si eso ocurre pero hacerlo, sin embargo, muy poco o nada cuando nuestras vidas no marchan. Ahí sólo nos remangamos y luchamos a brazo partido por mantenernos firmes.
Echo de menos a amigas como éstas, de tantos años, con las que una ha vivido tanto y tiene tanto pasado en común. Son ese tipo de gente con la que pase el tiempo que pase la relación se vuelve a retomar como si nos hubiésemos visto antes de ayer.
Me lo he propuesto, planear un encuentro a tres bandas este mes de junio en algún lugar del norte de España. ¿Podremos? ¿Será esta vez? Yo creo que ya toca.
Por mi parte, sólo digo, no sólo debemos sino ¡podemos!.
ResponderEliminarSí, ya nos toca unas horas ( el delirio si fuesen días) sólo para NOSOTRAS.
O sea que W y V, coread conmigo ¡PODEMOS!
Ahora sólo falta darle la vuelta a los calendarios, aunque haya que hacer piruetas, para lograrlo.
A partir del 11 de junio estoy en la Piel de Toro. Si la cita tiene que ser en la meseta castellana, si W no puede arreglárselas de otra manera, yo estoy dispuesta a menearme lo que haga farta.
W, qué dices?