martes, 29 de marzo de 2011

Morriñas

Hay días tontorrones como éste, con más bien pocas horas de sueño encima, en los que una llega a casa y escucha en el contestador la voz de una amiga a la que quiere y que vive a miles de kilómetros, y ganas le dan de contravenir la norma de no tirar la casa por la ventana con estos dispendios y marcar su número y charlar larga y apaciblemente, con las palabras justas, las pocas que realmente se necesitan cuando comunicas con alguien que te conoce hace tanto tiempo.

A lo tonto se me fué la cabeza a veinte años atrás, en otra ciudad, con ella y con W. Lo mucho que nos divertíamos las tres, lo que nos ha gustado siempre reirnos, y como nos hemos mantenido fieles a unos cuantos principios a lo largo de los años.

El fundamental es que somos mujeres que siempre conseguimos sacar a flote nuestro sentido del humor pese a nuestra colección de pesares.

Soñamos con poder reunirnos en algún lugar del país, con o sin niños, porque hace ya demasiados años que algo así no sucede y creo que las tres lo necesitamos.

Me detengo a repasar la serie de placeres físicos e intelectuales que compartimos: una buena peli, ciertos libros, el chocolate, alguna perdición, y también cierta mutua emotividad que a veces se desborda, cierta facilidad para llorar si eso ocurre pero hacerlo, sin embargo, muy poco o nada cuando nuestras vidas no marchan. Ahí sólo nos remangamos y luchamos a brazo partido por mantenernos firmes.

Echo de menos a amigas como éstas, de tantos años, con las que una ha vivido tanto y tiene tanto pasado en común. Son ese tipo de gente con la que pase el tiempo que pase la relación se vuelve a retomar como si nos hubiésemos visto antes de ayer.

Me lo he propuesto, planear un encuentro a tres bandas este mes de junio en algún lugar del norte de España. ¿Podremos? ¿Será esta vez? Yo creo que ya toca.

1 comentario:

  1. Por mi parte, sólo digo, no sólo debemos sino ¡podemos!.
    Sí, ya nos toca unas horas ( el delirio si fuesen días) sólo para NOSOTRAS.
    O sea que W y V, coread conmigo ¡PODEMOS!
    Ahora sólo falta darle la vuelta a los calendarios, aunque haya que hacer piruetas, para lograrlo.
    A partir del 11 de junio estoy en la Piel de Toro. Si la cita tiene que ser en la meseta castellana, si W no puede arreglárselas de otra manera, yo estoy dispuesta a menearme lo que haga farta.
    W, qué dices?

    ResponderEliminar